Senegal: el paraíso sexual para las abuelas europeas

Senegal es un verdadero paraíso de sol y mar. Sin embargo, el turismo de balneario y ocio ha cedido su lugar al turismo sexual, como atractivo principal, en este destino africano. Es practicado, principalmente, por mujeres europeas mayores de cincuenta años y se ha establecido como una forma de vida para una gran cantidad de jóvenes senegaleses. ¿Cómo se desarrolla esta actividad que muchos llaman prostitución y otros, romance? Sinfiltros tiene los detalles.

¿Cómo funciona el turismo sexual?

El turismo sexual es un fenómeno con enormes implicaciones en el ámbito social y económico del país donde se realiza. Sin duda, este es un tema controversial que la mayoría de la gente prefiere no comentar. No obstante, viajar proporciona a los turistas mantener una sensación de anonimato y libertad que los anima a efectuar actividades que normalmente no harían.

Algunas personas consideran que el turismo sexual consensuado, sea por el intercambio monetario o no, representa una forma de liberación de deseos y frustraciones. Un tipo de libertad que los individuos no se permiten expresar en la vida cotidiana.

Senegal, el paraíso sexual para las abuelas europeas

Este país africano se localiza en la costa atlántica. La ciudad de Saly, en concreto, es famosa por ofrecer las condiciones necesarias para encontrar una pareja que satisfaga los deseos femeninos más profundos. No en vano, ofrece las cuatro “S” ideales durante unas vacaciones: sol, arena, mar y sexo (sun, sand, sea, sex).

El relato de una relación hecha sin filtros

Todo comienza con un plácido paseo por una playa de arena dorada y un tanto pedregoso con un mar azul profundo y cálido de fondo. Las mujeres caminan solas en bañador o bikini, atentas a lo que las rodea, pero transmitiendo una apariencia relajada y segura.

En determinados puntos, frente al mar, existen instalaciones básicas de entrenamiento para que los jóvenes senegaleses se ejerciten y muestren sus habilidades deportivas. Decenas de muchachos entre 18 y 25 años sudan bajo el sol y a la vista de todos, o mejor dicho, de todas.

Las mujeres maduras son las principales admiradoras de los torsos desnudos, piernas fuertes, brazos bien torneados y abdomen marcado. Luego, basta una mirada profunda, una incipiente sonrisa o un ademán sugerente para que el afortunado se acerque a la dama.

A veces, el contacto se realiza a través de referencias o amigos de amigos, aunque la conversación se inicia igual. ¿De dónde eres? ¿Cuánto tiempo estarás en nuestras playas? ¿Qué te gusta? Si la conversación se desarrolla de una manera fluida y cómoda para ella, es posible que lo invite a un refresco o una copa.

Luego, llega la invitación de él para que conozca los “lugares escondidos y más encantadores de Saly”. Empieza el coqueteo y las atenciones hasta el romance, y por supuesto, los obsequios. Esos regalos que no se establecen, pero que ambos dan por hecho y que dependen de la generosidad de la señora. En ocasiones, estos presentes se materializan en ropa, aparatos electrónicos, lociones y, en otras, en obsequios de mayor valor, como coches o, incluso, una casa. Otras parejas acuerdan un pago mensual cuando ella regresa a su hogar (400 euros, aproximadamente).

Una nueva época de libertad, ¿y felicidad?

La verdad sea dicha: las abuelas europeas están rompiendo paradigmas en la forma de gestionar su tiempo libre. Esquivan las formalidades sociales y morales al proveerse de experiencias “únicas” para su vida y edad.

Sin embargo, estas mujeres deben tener claro que no son y nunca serán “las únicas mujeres en la vida de su hombre”. La mayoría lo sabe y, de hecho, es lo que busca. No obstante, otras llegan a encariñarse demasiado y luego pagan las consecuencias.

Para ellos, la historia es distinta. Su único motor es el dinero, y aun cuando están recibiendo una paga mensual, siguen en busca de otra relación. Muchos jóvenes están casados y tienen hijos, lo que no les impide ser acompañantes sexuales. Es más, con esta actividad son capaces de ofrecer una mejor calidad de vida a su familia.

Pobreza que fomenta el turismo de amor

Este paraíso sexual femenino tiene sus raíces en la pobreza y escasez de trabajo para los hombres jóvenes del país. Según un informe de la Organización Internacional del trabajo realizado en 2020, nueve de cada diez trabajadores senegaleses tienen un empleo informal. Y la persona promedio en Senegal gana alrededor de $ 3 por día, según el Banco Mundial.

Para muchos, esto es “una cuestión de supervivencia”. Algunos lo llaman prostitución masculina, otros dicen que ellas hacen lo que los hombres de mediana edad han hecho durante siglos: tener sexo con alguien de la mitad de su edad y pagar por ello.

Los lugareños no están seguros si el turismo sexual realmente ha aumentado en Saly o simplemente se ha vuelto más visible en los últimos años. De cualquier modo, según algunas personas, es explotación por ambos lados, lo que ha mancillado la reputación del país y corrompido a su juventud.

Pecado o satisfacción personal

No hay mafias de por medio y ambas partes consienten la relación sin restricciones. Así, los dos ganan de una manera u otra. Las abuelas europeas, principalmente francesas, italianas y españolas, experimentan placeres que se les antojan irreales o prohibidos y ellos engordan su bolsillo.

Incluso puede cristalizarse un destello de amor y terminar en boda, no hay nada escrito. Lo que sí es una realidad es que cientos de mujeres están dispuestas a pagar generosas sumas todos los años. Y cientos de jóvenes, si no miles, aceptan este dinero sin protestar.

No obstante, nada de esto elimina la terrible verdad que conllevan este tipo de prácticas. La señora europea se aprovecha de la situación precaria del joven senegalés para su goce y disfrute. Es un racismo profundo y denigrante que encasilla a un individuo en función de su color de piel o el tamaño de su pene. No importa que ella argumente la mejora en su economía.

Al final, esta actividad agrava determinados prejuicios que merodean constantemente a África y frena el desarrollo de labores más fructíferas y estables.

De esta manera, Senegal se vuelve un destino con impactos positivos y negativos. Un sitio donde las cuatro «S» se mezclan en un coqueteo que permite una práctica, moralmente peligrosa, al mismo tiempo que de oportunidad.

Fuentes de referencia:
  • https://www.redalyc.org/journal/674/67457300009/html/
  • https://www.ilo.org/travail/info/publications/WCMS_735752/lang–en/index.htm
  • https://primiciadiario.com/archivo/2019/senegal-paraiso-sexual-las-abuelas/
  • https://www.larazon.es/viajes/20200521/vdb3ofarcvh7fmrtu7ivj2zyue.html
  • https://www.lavanguardia.com/vida/20160822/404132708342/senegal-paraiso-sexual-maduritas-sinfiltros.html
  • https://theworld.org/dispatch/senegal/100428/senegal-news-sex-tourism?page=0
  • https://newsone.com/501322/female-sex-tourism-in-senegal-attracts-women-who-will-pay-for-romance/
  • https://theworld.org/dispatch/general/100421/sex-tourism-jamaica-prostitution
  • https://www.sinfiltros.com/historias
Julia Puentes