Curar lo imposible: las mentiras de las pseudociencias

Las pseudociencias, desde tiempos inmemoriales, siempre han tratado de ofrecer una cosa: curar lo imposible. Estas prácticas son bastante peligrosas dentro de un contexto de salud general, por lo que conocerlas es fundamental para su prevención. De esta manera, es posible protegerse de sus consecuencias. A continuación, se ahondará más sobre este tema con el fin de dar las claves necesarias para no caer en sus redes

¿Qué son las pseudociencias?

Se tratan de prácticas, afirmaciones o creencias que no están sustentadas por el método científico.Los postulados que estas teorías ofrecen no son una fuente fiable para validar sus propios conceptos. Por otra parte, tampoco cuentan con un soporte válido académico o profesional.

Estos conocimientos son adquiridos a través de generaciones en grupos familiares o sociedades herméticas. Las pseudociencias se practican en zonas tanto urbanas como rurales, puesto que no afectan a un grupo social específico. Por ejemplo, culturas como la maya o la azteca eran sociedades cuya base de conocimiento residía en estos estudios.

Tienen una gran diferencia con la ciencia conocida, ya que se basan en el uso de un sistema de creencias populares, juicios y medias verdades. Se mantienen siempre en una región de pensamiento incierto, que resulta infalible y que, en algunos casos, puede ser denominado como místico. Sus postulados no pueden ser validados de ningún modo, puesto que su único sustento argumental reside en experiencias de índole fantástica.

Los límites existentes entre la ciencia y la pseudociencia conllevan implicaciones políticas y filosóficas. Dichas corrientes derivan a asuntos de salud, derecho y política ambiental de gran importancia dentro de la sociedad. Se encuentran distribuidas en todo tipo de grupos educativos y profesionales. Es por esta razón por la que su definición es utilizada como un término que hace alusión a conocimientos fantasiosos u ocultistas.

¿De verdad se puede curar lo imposible?

Desde SInfiltros la respuesta es que no, y esto se debe a una serie de razones. Los motivos por los que estas prácticas no tienen la posibilidad de cumplir este objetivo son los siguientes:

  • Se benefician del ocultismo. En este sentido, cumplen su función aprovechándose de las penumbras del conocimiento científico. Por dicha razón, los seguidores de estas disciplinas sienten que poseen una especie de sabiduría prohibida, suprema y exclusiva.
  • Falta de legitimación. Ninguna institución con deseos de fomentar el saber científico ampara las hipótesis que proponen las pseudociencias. En consecuencia, es normal que información de este estilo sea difundida en portales ocultistas o supersticiosos.
  • Copian el lenguaje científico. Debido a que carecen de una base de apoyo oficial en su planteamiento, las pseudociencias emplean un lenguaje similar al científico. Este funciona como una especie de disfraz con el cual buscan validarse a sí mismas de manera mediocre.
  • Se basan en dogmas. Se caracterizan por plantear creencias que han de ser aceptadas o rechazadas directamente sin un punto medio. De hecho, no permiten la comprobación de sus hipótesis a través de métodos adecuados, por lo que estas no pueden ser refutadas.
  • Contradicciones e inconsistencias. Proponen casos particulares contrarios a lo que los modelos científicos brindan. Además, dichos planteamientos no se integran en ningún campo del saber, lo que provoca una incoherencia externa. Al mismo tiempo, tampoco son capaces de responder a sus propios postulados, cosa que origina una incoherencia interna.

Las pseudociencias en la actualidad

Durante los últimos años, Gobiernos como el español han implementado planes de protección dirigidos a prevenir la adquisición de falsos conocimientos científicos. Un buen ejemplo de ello es el Plan de Protección de la Salud de las Personas frente a las Pseudoterapias. Este fue elaborado en el año 2021 con el objetivo de mostrar a la ciudadanía cuáles son las terapias que no poseen bases científicas.

El principal impulsor de esta propuesta fue el Ministerio de Sanidad, en cooperación con la Red Española de Agencias de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del SNS. A través del programa, se clasificó a la sanación espiritual activa, la dieta macrobiótica y la magnetoterapia como pseudociencias. En la actualidad, siguen formulándose propuestas para desmentir estas teorías.

Sin embargo, el alcance del conocimiento ilógico ha evolucionado a vertientes extensas. En concreto, se divide en los siguientes tipos:

  • Teorías de la conspiración. Su objetivo final es el de revelar una verdad oculta al público por parte de ciertos grupos poderosos y elitistas con intereses mundiales.
  • Teorías historicistas. Son pseudociencias que intentan demostrar sus proposiciones reinterpretando elementos históricos. Modifican estos eventos para transformarlos en verdades dentro de su perspectiva de adoctrinamiento.
  • Teorías metafísicas. Buscan dar explicaciones, usualmente místicas o mágicas, a fenómenos reales ya comprobados científicamente.

¿Cómo protegerse de ellas?

Ahora que se conoce por qué las pseudociencias no pueden curar lo imposible, es fundamental saber cuáles son los mejores métodos para evitar caer en estas trampas. Algunos de los consejos más efectivos en este sentido son los siguientes:

  • Revisar las fuentes al leer noticias. Con la masificación de las redes de información, las fake news son muy abundantes en la red. Al encontrar «noticias» de índole médica o científica en estos portales, se aconseja analizar desde dónde se publica la información. De esta manera, es posible prevenir la desinformación a escalas más amplias.
  • Leer artículos de instituciones reconocidas. Al buscar información sobre temas de salud, lo más adecuado es hacerlo en canales de divulgación como universidades o centros científicos. En este caso, resulta fundamental no acceder a redes sociales o páginas periodísticas «amarillistas».
  • Consultar con profesionales. La forma óptima de combatir el daño causado por las pseudociencias es la de recurrir a personas expertas en la materia. En algunos casos, individuos con creencias muy arraigadas optan por las pseudomedicinas por la falta de conocimientos sobre el tema. Por ello, es aconsejable acudir a profesores o personas preparadas para solventar cualquier duda. Además, hacer recomendaciones a familiares o amigos ayudará a reducir el sustento de estas ciencias.

Curar lo imposible es algo que el área del pseudoconocimiento científico siempre ha intentado vender a lo largo de su historia. Una vez entendido todo lo aquí expuesto, los sesgos cognitivos serán eliminados rápidamente.

Fuentes de referencia
  • https://www.conprueba.es
  • https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/ciencia-e-innovacion/Paginas/2021/190221-pseudoterapias.aspx
  • Fuente de la imágen: http://www.pixabay.com Autor: © darksouls1
Julia Puentes